miércoles, 1 de julio de 2015

Fogata de San Pedro y San Pablo


































Las que son más grandecitas (como yo, jaja), seguramente recordarán las hermosas fogatas barriales que se organizaban en honor a San Juan, San Pedro y San Pablo.

Era normal ya a mediados de Junio, comenzar a juntar ramas, diarios, cajones, yuyos secos, cajas, cubiertas de auto, cartones, etc,. y dejarlos en el descampado elegido para la ocasión, formando una gran montaña.
En ésta tarea participaban todos, grandes y chicos.



Recuerdo que con los chicos de mi barrio y mis compañeros de escuela, íbamos y veníamos todas las tardes trasladando cosas.



Algunos barrios hacían la fogata el 24 de Junio, día de San Juan.
Los de mi barrio, siempre la hacíamos para el 29 de Junio, día de San Pedro y San Pablo.



La parte más divertida, era el momento del armado de muñecos.
Pedíamos a nuestras madres y a toda la familia, ropa vieja y construíamos muñecos con aspecto y gestos divertidísimos.


































Hasta los grandes se entusiasmaban con la confección de muñecos.
Eran hermosos momentos compartidos entre amigos y vecinos.



Lamentablemente, ya no se realizan de forma tan masiva como en aquellos tiempos.
Pero desde hace unos años, en mi ciudad se ha retomado ésta hermosa tradición y cada 29 de Junio, se realiza la gran fogata de San Pedro y San Pablo.

Siempre participé con muñecos y en dos oportunidades, fui la responsable de armar a los santos, tarea que me encantó hacer.
Estos fueron los del 2008.


































Aquí junto a la bruja que también hice y que muestro en la primera foto del post.



Así se veían en la montaña.



Y éstos son los santos del 2010.



Y sí, da un poco de pena cuando los alcanzan las llamas y vemos cómo se queman, pero la alegría de la tradición lo supera.



Y así, quemamos todo lo que no queremos en nuestras vidas.
Que el fuego se lleve todo lo malo.

































El lunes 29, se realizó una nueva fogata y cuando al caer el atardecer se encendió el fuego, los grandes nos sentimos una vez más, agradecidos de seguir disfrutando de éstos juegos de nuestra infancia.



No sé si en otros lugares de mi pais se seguirán realizando.
Quizás las amigas españolas cuenten en sus ciudades con eventos de éste tipo.
Pero les aseguro que es hermoso participar en un acontecimiento que se realiza en familia y con la finalidad de revalorizar nuestras tradiciones.





Hoy quise compartir con ustedes ésta tradición por varios motivos:
PRIMERO: recordar éste evento tan típico de nuestra infancia.
SEGUNDO: demostrar una vez más que sin gastar ni un centavo, se puede ser creativo y organizar un hermoso momento compartido.
TERCERO: rescatar el valor de hacer algo junto a familiares, amigos y vecinos. Todos de diferentes edades, todos con el mismo fin y todos divirtiéndose por igual.
CUARTO: saber si ustedes ha disfrutado alguna vez de una fogata en honor a un santo.
¿Me cuentan?